13. Quiz sobre la cirrosis hepática

La cirrosis hepática es una enfermedad crónica que se caracteriza por la fibrosis hepática y la formación de nódulos regenerativos.
La cirrosis hepática conduce a la distorsión de la arquitectura hepática normal y la pérdida de la función hepática.

La cirrosis hepática conduce a la hipertensión portal, la cual se caracteriza por la elevación de la presión en la vena porta.
La hipertensión portal se debe a la resistencia al flujo sanguíneo en la vena porta y la hipertrofia del músculo liso en la vena hepática.

La hipertensión portal es una complicación grave de la cirrosis hepática.
La hipertensión portal se diagnostica mediante la medición de la presión en la vena porta.
El tratamiento recomendado para la hipertensión portal es la terapia de reducción de la presión portal, incluyendo la administración de beta-bloqueantes.

La ascitis es una complicación frecuente de la cirrosis hepática, causada por la elevación de la presión portal y la disfunción hepática.
La complicación más frecuente y precoz de la cirrosis hepática es la hemorragia digestiva alta.
La enfermedad hepática avanzada puede concluir en la insuficiencia hepática.

La insuficiencia hepática se caracteriza por la pérdida de la función hepática y la acumulación de sustancias tóxicas en la sangre.

La encefalopatía hepática es una complicación grave de la cirrosis hepática, caracterizada por la alteración del estado mental y la función neurológica.
La encefalopatía hepática se presenta en pacientes con cirrosis avanzada y ascitis.
La encefalopatía hepática se trata con la lactulosa y la administración de antibióticos.
El síndrome hepatorrenal es una complicación frecuente de la cirrosis hepática, que se presenta en el 20% de los pacientes con cirrosis avanzada y ascitis.

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