Rainforest Wonders

La serie documental original de Netflix celebra las maravillas naturales que persisten y revela lo que debemos preservar para asegurar el desarrollo de las personas y la naturaleza.

Los bosques lluviosos tropicales son el hábitat más rico sobre la Tierra, con millones de especies, y cada semana se descubren nuevas especies.

A pesar de que cubren solo un 7 % del área terrestre del mundo, las junglas tienen un papel vital en la salud del planeta.

El Congo es el bosque lluvioso más joven del mundo, con unos pocos 18 mil años, y es la jungla con más animales grandes que cualquier otra.

Una familia de gorilas de tierras bajas en el Congo está liderada por un macho dominante, que debe mantenerse alerta ante el peligro, incluyendo la caza ilegal que ha reducido la población de gorilas a la mitad en los últimos 20 años.

Los elefantes también son importantes en la jungla, y su supervivencia está relacionada con la dispersión de semillas y la creación de claros en el bosque.

El bai Mbeli es un área abierta en el bosque lluvioso del Congo que atrae a muchos habitantes de la jungla, incluyendo gorilas y elefantes, y es importante para su supervivencia.

La familia del espalda plateada lidera la marcha con cautela, pero su familia lo sigue de cerca, y también dependen del bai Mbeli para alimentarse de plantas acuáticas ricas en sal.

Los elefantes extraen sales del lodo usando sus trompas, y también beben agua enriquecida con minerales, lo que es crucial para su supervivencia.

La familia del espalda plateada no es el único grupo de gorilas que utiliza el bai Mbeli, y su protección es importante para prevenir la caza ilegal.

Las junglas pueden verse iguales, pero cada una es hogar de un elenco único de personajes, y Nueva Guinea es la isla cubierta de jungla más grande del planeta, con más de la mitad de sus plantas y animales no se hallan en ningún otro lugar de la Tierra.

La ave del paraíso filamentosa macho es la única ave en el mundo que tiene adornos como estos en la cola, y los usa para hacer cosquillas en la cara de una potencial pareja.

La isla de Nueva Guinea tiene un turbulento pasado geológico que ha aislado a una especie de la otra, y ha creado una variedad única de animales, incluyendo la ave del paraíso fastuosa.

Las junglas de Borneo, en el sudeste asiático, han crecido en este lugar por casi 130 millones de años, lo que las hace las más antiguas sobre la Tierra.

La cumbre de esta montaña de piedra caliza en las tierras altas de Borneo se formó originalmente bajo el mar, y la gran edad de la jungla en esta isla queda mejor ilustrada por uno de los depredadores más antiguos sobre la Tierra, el onicóforo.

El onicóforo detecta al insecto que será su presa a través de la vibración y el tacto, y utiliza pistolas de pegamento para capturar a sus presas.

La alta humedad del suelo del bosque no solo es buena para los unicóforos, sino también para los hongos, que reciclan los escasos nutrientes al descomponer a los muertos.

Las junglas de Borneo son ricas en especies de plantas, incluyendo algunas de las más especializadas sobre la Tierra, como las plantas jarra que dependen de los animales para sobrevivir.

La tupaya, un animal que se encuentra solo en Borneo, visita los cántaros de su vecindario y depende de la solución azucarada que es expulsada de los pelos en la tapa de la jarra.

La búsqueda de nutrientes ha llevado a algunas jarras por un camino siniestro, como la gracilis de jarra delgada que atrae hormigas hacia la parte inferior de su tapa con gotas de néctar.

Todas las plantas jarra dependen de los animales para sobrevivir, y una incluso se relaciona con un murciélago que halla las jarras porque la gruesa muralla trasera refleja el ultrasonido del murciélago.

Las relaciones como estas se han demorado millones de años en evolucionar, pero muchas podrían desaparecer en una década, ya que Borneo ha perdido más de la mitad de su jungla en los últimos 50 años.

La isla vecina de Filipinas ha desaparecido el 90 % del bosque lluvioso primario, y lo que queda es el último refugio del ave de rapiña más extraña del mundo, la poderosa águila monera.- Un águila joven debe aprender a volar para sobrevivir, ya que sus padres lo visitan cada vez menos y solo le dejan comida sobrante.

La confianza del águila crece cada día, y pronto tendrá que abandonar su nido y encontrar un territorio con grandes extensiones de jungla virgen para sobrevivir.

En la cuenca del Amazonas, hay más de tres mil kilómetros de diámetro y es hogar de la mitad de la selva que queda en nuestro planeta.

Los monos araña negros necesitan visitar depósitos de sal para sobrevivir, pero deben asegurarse de que no hay depredadores ocultos.

En el Amazonas, los depósitos de sal son tan vitales como un oasis en el desierto, y los monos deben estar preparados para escapar de depredadores como jaguares.

En el Amazonas, cada grupo animal tiene más especies que en cualquier otro lugar, incluyendo más de mil tipos de ranas y más de dos millones de tipos de insectos.

Las hormigas podadoras son un súper organismo que trabajan juntas para recoger hojas y llevarlas a sus nidos subterráneos, y su impacto en el ecosistema es igual de importante que el de un elefante en el Congo.

Las hormigas mantienen los caminos libres de escombros y evitan obstáculos inesperados al seguir rastros de aroma para volver al nido.

Un nido de podadoras puede llegar hasta ocho metros de profundidad y tener miles de cámaras interconectadas, y las hormigas trabajan en equipo con bacterias para controlar patógenos.

En la jungla, las hormigas no hacen todo a su manera, y la diversidad del bosque lluvioso tropical no depende de ninguna especie aventajada.

El hongo parásito Cordyceps infecta a las hormigas y controla sus movimientos, y finalmente estalla de su cabeza y reparte esporas en las corrientes de aire.

La diversidad de las junglas del mundo se está reduciendo a un ritmo alarmante debido a la actividad humana, y hemos reemplazado hasta 27 millones de hectáreas de jungla virgen con una sola especie arbórea, la palma aceitera.

En los bosques pantanosos del norte de Sumatra, en Indonesia, se le está acabando el tiempo a uno de nuestros ancestros más cercanos, el orangután.

Un bebé orangután necesita más de 10 años para poder ser independiente y debe aprender todo de su madre, incluyendo cómo reducir la distancia entre árboles y sobrevivir en el bosque.

Los orangutanes tienen un mapa mental de su entorno, incluyendo la ubicación de cada árbol frutal, y deben aprender a atrapar hormigas y otras habilidades para sobrevivir.

La educación de un orangután puede tomar décadas, y la generación de Louis y Eden podría ser la última en estado salvaje debido a la actividad humana.

Se estima que perdemos en la actualidad unos cien orangutanes cada semana debido a la actividad humana, y la generación de Louis y Eden podría ser la última en estado salvaje.

En las últimas cuatro décadas, las tierras bajas vírgenes de la jungla de la que dependen los orangutanes se ha reducido en un abrumador 75 %.

Estamos perdiendo bosques lluviosos tropicales en todo el mundo a un ritmo de casi 15 millones de hectáreas cada año, y con ello, el tesoro escondido de la diversidad del planeta.