Principios laborales: controles personales y buena fe

Study Notes

El principio de buena fe es un principio general y esencial en toda relación negocial, que lleva implícita la confianza entre partes contratantes y la convicción de que no se engañarán, perjudicarán ni dañarán.
El principio de buena fe debe ser observado tanto por el patrón como por el obrero.
En relación con el empleado, este principio se entiende como derivado del deber de cooperación y fidelidad con la empleadora.

El art. 21 de la LCT define el contrato de trabajo como una relación en la que una persona física se obliga a realizar actos, ejecutar obras o prestar servicios a favor de la otra y bajo la dependencia de esta, durante un período determinado o indeterminado de tiempo, mediante el pago de una remuneración.
Las cláusulas del contrato quedan sometidas a las disposiciones de orden público, los estudios, las convenciones colectivas o los usos y costumbres.

La principal obligación del trabajador es la de trabajar, lo que implica poner su fuerza y creatividad al servicio de su empleador.
El mantenimiento del contrato no obsta el incumplimiento de una de las partes, por ejemplo, en caso de enfermedad, accidente, embarazo, etc.
El castigo frente al despido sin causa establece una indemnización a favor del trabajador.

El principio de primacía de la realidad se manifiesta en la observación concluyente de la conducta de las partes en la ejecución del contrato sin importar lo que se pacta o se registra por escrito.
El principio de razonabilidad se orienta hacia el bien común y producto de la razón de las personas, y se aplica en todo ordenamiento jurídico, especialmente en el derecho del trabajo.
El principio de razonabilidad pone límite a posibles arbitrariedades en que puedan recaer las partes.

La ley define el trabajo como "toda actividad lícita que se preste en favor de quien tiene la facultad de dirigirla, mediante una remuneración".
Esta definición aclara que se trata de actividades que se desarrollan en el marco de las leyes vigentes, quedando excluidas aquellas que las infringen.
El concepto de subordinación de quien desempeña la tarea (empleado) hacia quien la dirige (empleador) y aclara que a cambio de un trabajo se recibe una compensación en dinero.