Pólipos y Enfermedades Gastrointestinales

La triada clásica de la enfermedad de Whipple consiste en diarrea crónica, fiebre y pérdida de peso.

La diarrea en la enfermedad de Whipple es crónica, en contraste con la diarrea aguda que es más común en gastroenteritis.

La artralgia y la oligopoliartritis migratoria en grandes articulaciones son manifestaciones articulares de la enfermedad de Whipple, y a menudo se presentan en los años previos al diagnóstico.

La hiperpigmentación es una manifestación sistémica de la enfermedad de Whipple, que se observa especialmente en estadios tardíos.

La demencia, la oftalmoplejía y las mioclonias forman una triada patognomónica de la enfermedad de Whipple, aunque no son frecuentes. Esta triada indica un estadio avanzado y un pronóstico más grave.

La miorritmia oculomasticatoria y la miorritmia oculo-facial-esquelética son manifestaciones neurológicas patognomónicas de la enfermedad de Whipple, aunque poco comunes.

La enfermedad de Whipple es una enfermedad sistémica, afectando el intestino y otros órganos.

Un procedimiento invasivo que implica insertar una sonda hasta el yeyuno para obtener una muestra. No se utiliza en la práctica clínica debido a su complejidad y la falta de valores de referencia.

Es un método no invasivo que mide la cantidad de hidrógeno exhalado tras la ingestión de glucosa o lactulosa. Este método se basa en el principio de que las bacterias intestinales descomponen los azúcares liberando hidrógeno, que luego se expulsa por la respiración.

El test de hidrógeno puede arrojar falsos positivos si el tránsito intestinal es rápido o falsos negativos si la flora bacteriana no produce hidrógeno.

Un examen que mide la absorción de D-xilosa, un azúcar que no se descompone por las bacterias intestinales. Se utiliza para descartar malabsorción en el intestino delgado.

Un examen que se utiliza para detectar la bacteria Helicobacter pylori. Este test se realiza en un laboratorio de medicina nuclear.

Se utiliza para diagnosticar la deficiencia de vitamina B12. No se utiliza en la práctica clínica.

Un enfoque terapéutico que se utiliza en la práctica clínica para tratar el sobrecrecimiento bacteriano. Consiste en administrar Rifaximina, un antibiótico que actúa específicamente en la flora intestinal.

La reconstrucción quirúrgica se puede utilizar para tratar el sobrecrecimiento bacteriano en algunos casos. Es una opción cuando el sobrecrecimiento es causado por una anomalía anatómica.

La detección y extirpación de pólipos (adenomas) en la colonoscopia previene el desarrollo del cáncer colorrectal (CCR).

La extirpación de pólipos adenomatosos con colonoscopia reduce la incidencia del CCR.

La colonoscopia se recomienda cada 10-15 años para la prevención del CCR.

La detección temprana y extirpación de carcinomas precoces (in situ y invasivos) reduce la mortalidad por CCR.

El tamaño, número y aspecto de los pólipos ayudan a determinar el riesgo futuro de CCR.

Los pacientes con antecedentes familiares de pólipos colónicos tienen un riesgo aumentado de CCR.

El resultado de la colonoscopia inicial determina el ritmo de seguimiento del paciente.

La polipectomía endoscópica busca determinar si la lesión ya es un cáncer invasivo antes de la extirpación.

La evaluación macroscópica y el análisis histológico son cruciales para determinar el tipo de lesión (adenoma o cáncer) y la extirpación completa.

El análisis histológico ayuda a determinar si la lesión se ha extirpado completamente.

La cromoendoscopia con magnificación utiliza lupas y colorantes para distinguir el patrón glandular de un pólipo.

Tipo I: hoyos redondos (normal). Tipo II: hoyos estrellados (hiperplásicos). Tipo III: hoyos alargados (adenomas). Tipo VI: cerebriformes (adenomas). Tipo Vi: irregulares (malignidad confinada). Tipo Vn: sin patrón (cáncer invasivo).

Se realiza durante la endoscopia para evaluar la morfología y el patrón vascular del pólipo. Con esta información, se determina si se puede extirpar el pólipo.

Si hay dudas, se debe extirpar el pólipo para analizarlo después. La resección debe ser completa, con un margen de al menos 1 mm desde la submucosa.

Se analiza el tejido del pólipo extirpado para determinar si existe adenocarcinoma. Si se encuentra adenocarcinoma, se debe confirmar que la resección ha sido completa.

Estas enfermedades se caracterizan por diarreas acuosas, colonoscopia normal y resultados de biopsias de la parte proximal del colon que muestran un infiltrado microscópico de células inflamatorias.

En la colitis colágena se observa una banda de colágena visible en las biopsias.

La gastroenteritis eosinofílica se produce por una invasión de eosinófilos en el tubo digestivo, aunque la causa exacta es desconocida.

La hiperplasia folicular linfoide se caracteriza por un aumento de linfocitos agregados en el intestino, especialmente en el íleon terminal. Es más frecuente en personas jóvenes.

La enfermedad de Behçet es una enfermedad inflamatoria que afecta a diversos órganos, incluyendo el tubo digestivo.

Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) son un grupo de enfermedades que causan una inflamación crónica del tubo digestivo. Las causas no se conocen por completo y el curso es recidivante, con brotes de actividad y fases de remisión.

La colitis ulcerosa (CU) es una EII que afecta principalmente al colon, causando úlceras y inflamación difusa.

La enfermedad de Crohn (EC) es una EII que puede afectar a cualquier segmento del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, y se caracteriza por inflamación transmural.

La colitis ulcerosa es más frecuente que la enfermedad de Crohn, con una incidencia de 6-8 casos por cada 100.000 habitantes y una prevalencia de 70-150 casos por cada 100.000 habitantes.

La enfermedad de Crohn tiene una incidencia de 2 casos por cada 100.000 habitantes y una prevalencia de 20-40 casos por cada 100.000 habitantes.