Notas de Estudio: Claves para Aprender

La sociedad está organizada por grupos de edad con experiencias, creencias y transiciones de vida similares.

Desafíos y ajustes a las experiencias de vida durante el crecimiento de un adulto.

Ocho etapas que describen el desarrollo humano desde la infancia hasta la vejez, con retos en cada etapa.

Aceptar y encontrar significado a la vida vivida, lo que permite adaptarse a la vejez y la mortalidad.

Sentimientos de ira, amargura, depresión e insuficiencia que impiden una adecuada aceptación de la vida

Desarrollar satisfacciones personales en lugar de depender de roles sociales preestablecidos.

Encontrar placer en aspectos psicológicos, sin centrarse en las limitaciones físicas de la vejez.

Adaptarse a las debilidades, sentir satisfacción con la vida y prepararse para la muerte, según Butler y Lewis.

Factores como la dieta, salud general, actividad física, sol y genética influyen en el envejecimiento de la piel.

La unión dermis-epidermis se aplana, la dermis se adelgaza, pierde vasos sanguíneos y las fibras de elastina se dañan.

La piel se vuelve menos elástica, seca, frágil y pierde grasa, dando lugar a arrugas y flacidez.

La disminución de melanocitos (células que producen melanina) genera pigmentación irregular y bronceado más lento.

La respuesta inmunitaria de la piel disminuye, aumentando la susceptibilidad a infecciones y cáncer de piel.

El cabello se adelgaza, encanece y crece más en ciertas áreas, mientras que las uñas se vuelven más quebradizas.

Las glándulas sudoríparas disminuyen en número y función, lo que influye en la regulación térmica.

Reducción progresiva de la capacidad de defensa del cuerpo, elevando el riesgo de infecciones en la vejez.

Cambiar o desaprender hábitos establecidos es más difícil en adultos que en etapas de desarrollo temprano.

El aprendizaje es más efectivo cuando se relaciona con conocimientos previos.

Mantener la atención por más de 45 minutos es difícil para los adultos.

Se distraen fácilmente con estímulos irrelevantes.

Presentan menos capacidad para manejar tareas complicadas o que requieren sincronización.

Experiencia fisiológica en la mujer caracterizada por la pérdida de la ovulación.

La sexualidad no desaparece en la vejez, sino que experimenta cambios; la función sexual se ve influenciada por la edad, por factores psicológicos, médicos y por la relación con la pareja.

Durante mucho tiempo, el sexo fue un tema tabú en la conversación con adultos mayores, especialmente en círculos sociales.

Los linfocitos T proliferan menos, debilitando la defensa contra infecciones en la vejez, aumentando la reactivación de enfermedades latentes como varicela y tuberculosis.

En la vejez, la concentración total de inmunoglobulinas no varía mucho, pero disminuyen las IgM (importantes en infecciones tempranas), y aumentan las IgA e IgG (importantes en la defensa a largo plazo).

La respuesta del sistema inmunitario a infecciones comunes como influenza, parainfluenza, neumococo y tétanos es menos eficaz en la vejez, lo cual justifica la importancia de las vacunas.

La respuesta inflamatoria disminuye y se presenta de forma atípica, con síntomas leves como febrícula y poco dolor, dificultando el diagnóstico temprano de infecciones.

La temperatura corporal normal en los adultos mayores es más baja (36°C a 36,8°C oral, 36,6°C a 37,2°C rectal) que en los jóvenes, con menor eficiencia en la respuesta a temperaturas extremas (frío o calor).

Los cambios psicológicos son influenciados por la salud, genética, educación, actividad y factores sociales. La personalidad no cambia drásticamente. Aparentes cambios en la personalidad comúnmente reflejan limitaciones físicas o mentales.

Aumento de citocinas proinflamatorias asociadas con mayor riesgo de enfermedades como aterosclerosis, diabetes y osteoporosis en la vejez.

En los adultos mayores, las mediciones rectales y auditivas son las más precisas para determinar la temperatura corporal.

Los estrógenos pueden proteger el corazón de las mujeres más jóvenes pero aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos y accidentes cerebrovasculares.

El uso de estrógenos para los síntomas de la menopausia no aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero no se deben usar para prevenirlas.

La terapia hormonal puede aliviar los síntomas de la menopausia y prevenir la osteoporosis, pero sus beneficios y riesgos dependen de la edad y la salud individual.

La terapia hormonal debe usarse en la dosis más baja posible durante un período corto de tiempo para tratar síntomas moderados a graves de menopausia y osteoporosis.

La terapia hormonal está contraindicada en mujeres con antecedentes de cáncer de mama, cánceres sensibles a estrógenos, enfermedades cardiovasculares, hepáticas, etc.

Los síntomas de la menopausia incluyen sofocos, fatiga, cambios en el estado de ánimo, problemas de sueño, sequedad vaginal y otros.

Los síntomas emocionales y cognitivos de la menopausia incluyen cambios en el estado de ánimo, problemas de memoria, concentración y tolerancia al enojo.

Los síntomas de la menopausia afectan el cuerpo físico, la mente y las emociones.

Un trastorno donde un hombre no puede lograr o mantener una erección del pene lo suficientemente firme para tener relaciones sexuales.

Aterosclerosis, diabetes, hipertensión, esclerosis múltiple, disfunción tiroidea, alcoholismo, insuficiencia renal, anomalías estructurales (como la enfermedad de Peyronie), medicamentos y factores psicológicos.

Aproximadamente el 35% de los hombres entre las edades de 40 y 70 años.

La prevalencia de la disfunción eréctil aumenta con la edad.

Medicamentos, prótesis de pene, lubricantes, cirugía y orientación sexual.

Las enfermeras deben comunicar que la función sexual es importante para los adultos mayores y que pueden ayudarlos a preservarla.

Son similares a las que enfrentan las parejas más jóvenes, incluyendo la pérdida de interés sexual, cuidado a un miembro de la pareja o cambios en la apariencia física.

Ideas equivocadas sobre la prostatectomía, histerectomía, menopausia, enfermedades cardíacas, fracturas de cadera y la pérdida de deseo sexual debido a la edad.