Neocolonialismo y desigualdad global

Las desigualdades entre países aumentaron debido al dominio económico de las potencias occidentales y el colonialismo.

Las desigualdades se estabilizaron.

Se inició una leve convergencia, pero las desigualdades actuales reflejan la herencia colonial y la dependencia de los países pobres.

Las políticas de liberalización comercial, desregulación y austeridad fiscal impuestas a los países del Sur perpetúan una forma de neocolonialismo, manteniendo relaciones de poder asimétricas.

Conjunto de políticas económicas neoliberales recomendadas (e impuestas) a los países del Sur en la década de 1980.

Debilitamiento del Estado en el Sur, reducción de ingresos fiscales y falta de financiamiento para servicios esenciales como educación, sanidad e infraestructura.

Periodo de crecimiento económico en el Norte después de la Segunda Guerra Mundial, caracterizado por la exclusión y el patriarcado.

Las desigualdades actuales son consecuencia del colonialismo y la dependencia de los países pobres, perpetuadas por el modelo económico global.

Un sistema que busca alcanzar la soberanía no solo a nivel nacional, sino también a nivel global, para alcanzar objetivos sociales explícitos y verificables.

Una solución global que busca crear un sistema federal que trascienda los límites de las naciones, guiado por objetivos sociales específicos.

La globalización actual se basa en la libre circulación de mercancías y capitales, pero deja la regulación social y fiscal a cada nación, lo que genera desigualdad.

Todos los países tienen el derecho a desarrollarse, y la desigualdad en la riqueza global es un problema que se debe solucionar con políticas justas.

Proponer una moneda común para países que comparten un espacio económico, como en África occidental, para fortalecer su economía.

Creación de nuevas estructuras fiscales a nivel regional o transcontinental para garantizar una distribución más justa de la riqueza.

Un sistema fiscal que busca gravar adecuadamente las grandes fortunas, combatir la opacidad financiera y garantizar una distribución justa de la riqueza.

Un sistema de registro público de las grandes fortunas para poder rastrearlas y gravarlas adecuadamente.

La ayuda internacional actual asume que el mercado global es justo, ignorando cómo los países ricos se enriquecieron explotando recursos y mano de obra de los países pobres desde la Revolución Industrial.

Para asegurar la justicia global, los tratados de codesarrollo deben tener una estructura democrática para superar la lógica vertical de los tratados actuales, que son negociados por ejecutivos nacionales y carecen de control ciudadano.

Es necesario un sistema de financiación global que se base en la cooperación y la solidaridad internacional para abordar los desafíos globales como la desigualdad.

Mantener el sistema actual con desigualdades extremas puede alimentar movimientos autoritarios que buscan canalizar el descontento social hacia soluciones totalitarias.

Mirar al pasado nos permite comprender los patrones de explotación global y cómo la riqueza se ha acumulado a través de la historia.

El comercio internacional debería estar condicionado al cumplimiento de objetivos sociales y ambientales, contrastando con la lógica actual basada en la maximización de ganancias sin considerar el impacto social o ambiental.

Es necesario garantizar la transparencia en el uso de los fondos públicos y los mecanismos de control para evitar la malversación y el abuso de poder.

Un sistema de impuestos que grava a las personas más ricas con una tasa más alta para recaudar fondos y reducir la desigualdad.

Un impuesto que se aplica a individuos con fortunas superiores a un límite específico, con el objetivo de recaudar fondos para programas públicos.

Reuniones de parlamentarios de diferentes países para discutir asuntos globales y buscar soluciones conjuntas.

Acuerdos internacionales que buscan un desarrollo sostenible y equitativo, incluyendo objetivos sociales, fiscales y ambientales.

Una propuesta para que las naciones más pobres reciban una parte de los impuestos que se recaudan a las empresas multinacionales.

La posibilidad de que personas de todos los países puedan acceder a educación de nivel superior, independientemente de su origen.

Diferencias extremas en la riqueza y los ingresos entre individuos y grupos dentro de un país.

El aumento gradual de la temperatura global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero, que impacta negativamente en el medio ambiente.

Los líderes del Sur intentaron unir fuerzas en grupos regionales para fortalecer sus nuevos Estados.

Los países del Sur buscaron trabajar juntos en Naciones Unidas para controlar el comercio y las inversiones.

La diferencia en la capacidad de recaudar impuestos entre países ricos y pobres.

Los paraísos fiscales permiten que las empresas escondan dinero y evadan impuestos, lo que dificulta la construcción de Estados fuertes en el Sur.

La cantidad de dinero que los países ricos destinan a ayudar a los países pobres es muy poca.

Los países ricos olvidan o no les importa cómo llegaron a ser ricos y no ayudan a otros a desarrollarse.

Los países ricos deben ayudar a los países pobres a recaudar impuestos de las empresas y regular la fuga de capitales.

El desarrollo del Sur debe ser justo y garantizar un futuro próspero para todos.

La democracia transnacional actual enfrenta desafíos como la falta de proyectos democráticos supranacionales, el poder decisorio de los Estados nacionales que dificulta los procesos democráticos y la lentitud y burocracia de decisiones.

La propiedad privada solo es justa si se regula para evitar la acumulación excesiva de riqueza y promover la equidad. La idea de que el mercado se auto-regula perpetuando derechos de propiedad puede generar desigualdades y crisis.

Superar el identitarismo y el totalitarismo requiere objetivos de justicia social universal y desarrollo sostenible. La redistribución de la riqueza y la diversificación económica pueden crear alternativas al autoritarismo.

Ofrecer soluciones justas a las desigualdades globales previene el auge del autoritarismo. La falta de respuestas democráticas a las necesidades de la población puede generar el vacío que llenan los regímenes autoritarios.

Se propone una Asamblea Europea compuesta por diputados de los Parlamentos nacionales. Esta Asamblea podría tomar decisiones fiscales, sociales y presupuestarias por mayoría, con el fin de simplificar la gobernanza y aumentar la eficacia.

Es crucial desarrollar procesos políticos e institucionales para redistribuir la riqueza, establecer una justicia fiscal global y promover la equidad. Aunque las soluciones serán imperfectas, son preferibles a la falta de acción.

La regla de unanimidad y la ratificación en los Parlamentos nacionales hacen que los procesos decisionales sean lentos y engorrosos. Esta dificultad para tomar decisiones puede contribuir a la falta de respuesta a las necesidades de la población y al auge de movimientos autoritarios.

Es necesario implementar medidas para reducir la desigualdad, como reparaciones o impuestos globales. Estos mecanismos pueden ayudar a promover una distribución más equitativa de la riqueza y el poder.