México y la Revolución Cubana

La política de México hacia la Revolución Cubana

• La política de México hacia la Revolución Cubana ha tenido tres grandes periodos en 45 años: 1959-1989, 1990-2001, y 2001-actualidad.

Primer periodo: 1959-1989

• La primera reacción del gobierno mexicano hacia la Revolución Cubana fue de entusiasmo, ya que Fidel Castro preparó la salida del Granma y los días de Sierra Maestra en México.
• El gobierno mexicano conocía de sus actividades y fue, al no interferir, cómplice de ellas.
• La Revolución Cubana se presentó como un movimiento sui generis, construido en torno a la idea del foco guerrillero, diferente a la Revolución Mexicana y el PRI.
• En las primeras declaraciones de los dirigentes mexicanos, se quisieron encontrar similitudes entre ambas revoluciones, como la reforma agraria y la nacionalización de compañías extranjeras.
• La ideología del gobierno mexicano en aquellos años insistía en preservar imágenes revolucionarias, como la nacionalización de las empresas eléctricas.

Desidentificación y distanciamiento

• La identificación entre ambas revoluciones no duró mucho tiempo, ya que Fidel Castro definió pronto el carácter marxista-leninista de la Revolución Cubana y inició la consolidación de una alianza estrecha con la Unión Soviética.
• Los grupos patronales y religiosos en México se movilizaron inquietos ante la posibilidad de que el ejemplo cubano pudiese llegar a México.
• Los dirigentes mexicanos se vieron obligados a fijar distancias, como se refleja en el discurso pronunciado en Punta del Este por el secretario de Relaciones Exteriores de México en 1962.
• El diplomático mexicano aclaró que los motivos para distanciarse de los demás países del continente respecto a la expulsión de Cuba de la OEA eran fundamentalmente jurídicas, relacionadas con el apego de México a la letra de los convenios interamericanos existentes.