La Lucha por la Independencia y la Revolución en México

La Lucha por la Independencia y la Revolución en México

A fines del siglo XIX, México vivió un período conocido como el Porfiriato, gobernado por Porfirio Díaz desde 1876 hasta su derrocamiento en 1911. Este periodo marcó una época de crecimiento económico para algunos sectores, pero también se caracterizó por desigualdad social y corrupción política. En respuesta a estas condiciones, dos eventos clave tendrían un impacto decisivo sobre la historia mexicana: la independencia de México y la Revolución Mexicana.

Independencia de México

En septiembre de 1810, comenzó la lucha armada por la independencia contra España, dirigida principalmente por Miguel Hidalgo y Costilla. Aunque esta insurrección fracasaría al principio debido a las fuerzas superiores de los españoles, continuaría durante varias décadas con líderes como José María Morelos y Vicente Guerrero. Finalmente, en 1821, Mexico obtendría su independencia gracias a las negociaciones entre Agustín de Iturbide y la Corte Española. El proceso de independencia dejó atrás una brecha en cuanto a igualdad social y justicia, que más tarde sería explotada por políticos como Porfirio Díaz.

Revolución Mexicana

La Revolución Mexicana fue impulsada principalmente por la frustración con el gobierno de Porfirio Díaz, quien mantenía un poder dictatorial y manipulaba los resultados electorales. Una de las figuras centrales en este movimiento fue Francisco I. Madero, quien lanzó el Plan de San Luis Potosí en noviembre de 1910, convocando a la población a reclamar sus derechos democráticos y poner fin al régimen autoritario de Díaz. A pesar de que Madero logró vencer a Díaz en las elecciones presidenciales de 1911, éste intentaría recuperar el poder mediante la intervención militar.

Mientras Madero buscaba construir una república basada en valores democraticos y liberales, la Revolución generó diversos grupos rebeldes con diferentes objetivos y líderes. Uno de esos criadores de conflicto internos fue Emiliano Zapata, quien combinaba ideales indigenistas y agraristas para defender los derechos de los campesinos frente a la oligarquía terrateniente. Contra una ambiciosa reforma agraria propuesta por Madero, Zapata exigió la devolución de tierras y la redistribución de riqueza a favor de los pobladores rurales.

El legado de la Revolución Mexicana ha sido complejo y abierto a interpretaciones divergentes. Algunos ven en ella la posibilidad de cambios positivos para la sociedad mexicana, mientras otros sugieren que la violencia perpetuada durante el período continuó generándose hasta nuestros días. Sin embargo, a pesar de estos debates, la Revolución Mexicana representó uno de los momentos fundamentales en la evolución histórica de México, donde diferentes factores convergieron para catalizar una serie de conflictos internos, y trajo consigo una nueva formación política y social.