Inmunidad Innata: Defensa contra Microbios

La defensa contra los microbios está mediada por las reacciones tempranas de la inmunidad innata y las respuestas tardías de la inmunidad adaptativa.
La inmunidad innata es la primera línea de defensa contra los microbios y consta de mecanismos de defensa celulares y bioquímicos que existen antes de la infección.

Barreras físicas y químicas, como el epitelio y las sustancias químicas antimicrobianas producidas en las superficies epiteliales.
Células fagocíticas (neutrófilos, macrófagos), células dendríticas, y linfocitos citolíticos naturales (NK) y otras células linfocíticas innatas.
Proteínas sanguíneas, incluidos miembros del sistema del complemento y otros mediadores de la inflamación.

Es una respuesta inmunitaria estimulada por la exposición a microorganismos infecciosos que aumenta en magnitud y capacidades defensivas con cada exposición sucesiva a un microbio en particular.
El sistema inmunitario adaptativo reconoce un gran número de sustancias microbianas y no microbianas y reacciona frente a ellas.

Inmunidad humoral: cuenta con moléculas presentes en la sangre y en las secreciones mucosas, que reciben el nombre de anticuerpos, producidas por unas células denominadas linfocitos B (o también células B).
Inmunidad celular: quedan a cargo de los linfocitos T (también llamados células T).

Células T citotóxicas o CD8: destruyen directamente células extrañas.
Células T helper o CD4: colaboradoras, se unen a un antígeno específico presentado por un macrófago y estimulan la producción de otras células inmunes.
Células T supresoras: disminuyen o frenan la actividad de las células B y T.
Células T de memoria: recuerdan a un antígeno y cuando se encuentran con él de nuevo inician una respuesta rápida.

Conjunto de proteínas plasmáticas, muchas de las cuales son enzimas capaces de activarse ante la presencia de un antígeno.
Activación del sistema de complemento tiene como resultado la transformación de dichas proteínas hasta su conversión final en sustancias activas que se adhieren a la membrana antigénica propiciando su destrucción.

Vía clásica: unión de componentes activos del complemento a inmunocomplejos.
Vía alternativa: sin la presencia de inmunocomplejos, que da lugar a componentes activados con gran capacidad de adhesión.
Vía de las Lectinas: variante de la ruta clásica, sin embargo se activa sin la necesidad de la presencia de anticuerpos.

En el hombre recibe la denominación de HLA (human leukocute antigens).
Conjunto de proteínas de membrana que se presentan en la superficie de las células nucleadas del organismo, identificándolas como pertenecientes a la especie humana e individuo.

La alergia alimentaria es un trastorno de origen inmune producido por la reacción impropia del organismo contra uno o varios alergenos.
Fisiopatología: la reacción inicia con la llegada del alergeno que activa linfocitos B previamente sensibilizados y dotados con memoria, lo que permite producir con rapidez IgE específica.
La IgE se une a la superficie de basófilos y mastocitos, los cuales se alojan durante periodos prolongados en las mucosas digestivas, respiratorias y tejidos epiteliales.

Es un proceso crónico, multiorgánico autoinmune, que lesiona primeramente el intestino y puede dañar cualquier órgano o tejido corporal.
Afecta a personas que presentan una predisposición genética.
La respuesta inmunitaria anormal causada por el gluten puede dar lugar a la producción de diferentes autoanticuerpos que pueden atacar a cualquier parte del organismo.

La presencia de ciertos alelos del sistema HLA (antígenos linfocitarios humanos, ubicados en el brazo corto del cromosoma 6) está relacionada con la aparición de diversas enfermedades autoinmunes y el análisis de histocompatibilidad imprescindible para llevar a cabo ciertos trasplantes.

Los anticuerpos anti-transglutaminasa son positivos aproximadamente en el 90 % de los casos en los que hay atrofia marcada de las vellosidades intestinales.### Sensibilidad al Gluten no Celíaca
El gluten es el principal sospechoso, pero otros componentes del trigo y otros cereales podrían contribuir a los síntomas.
Los FODMAP (carbohidratos fermentables) podrían ser un factor contribuyente en personas con sensibilidad al gluten no celíaca.

El diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca es de exclusión, es decir, se deben descartar la enfermedad celíaca y la alergia al gluten antes de considerarla.
Se realiza mediante la eliminación del gluten de la dieta y la observación de la mejoría de los síntomas, seguida de una reintroducción controlada para confirmar la relación entre los síntomas y el gluten.

Es posible que HLA-DQ7 desempeñe algún papel en la sensibilidad al gluten no celíaca.
Se han observado diferencias en la expresión de ciertos genes relacionados con la barrera intestinal en personas con sensibilidad al gluten no celíaca.

Contaminación cruzada es un factor a considerar en la sensibilidad al gluten no celíaca.
Alimentos y productos que pueden contener gluten:
- Avena
- Hostias de comunión
- Bebidas malteadas
- Medicamentos
- Alimentos procesados
- Comidas en restaurantes y eventos sociales

Son trastornos de naturaleza no inmunitaria derivados de la ingestión de determinados alimentos.
Asociados con la falta total o parcial de enzimas digestivas:
- Intolerancia a la lactosa (falta de lactasa)
- Intolerancia a la sacarosa y maltosa (rara, excepto si existe destrucción masiva de la mucosa intestinal)
- Intolerancia a la galactosa (déficit de enzimas que posibilitan la transformación hepática de la galactosa en glucosa)
- Intolerancia a la fructosa (déficit de enzimas responsables de su metabolismo)

1. Microbios que llegan al SGI y con condiciones optimas proliferan y producen endotoxinas.
1. Toxinas en alimentos pueden causar problemas gastrointestinales.