Historia del Imperialismo y Revolución Rusa

Un sistema donde un estado o nación controla y domina otros territorios mediante la fuerza militar, la influencia económica o cultural, buscando obtener beneficios para sí mismo.

Cuando un país se expande y ocupa directamente otro territorio, controlando su gobierno y sus recursos.

Dominación económica de un país sobre otro, sin necesidad de ocupación militar, a través de empresas y control financiero.

Imponer la cultura de un país sobre otro, como idioma, religión y valores, para suprimir la cultura local.

Una forma moderna de imperialismo donde el control se ejerce a través de la dependencia económica y tecnológica.

Agotamiento de los recursos naturales en los territorios dominados.

Aumento de la desigualdad económica y social entre los países dominados y dominantes.

Pérdida de identidad cultural de los pueblos colonizados debido a la imposición de otra cultura.

Alemania declara la guerra submarina sin restricciones a todos los barcos que se acerquen a las costas británicas, incluso a los barcos neutrales. Esto provocó que Estados Unidos, que todavía no se había involucrado en la guerra, se sintiera amenazado y finalmente entrara al conflicto en 1917.

Alemania, junto con sus aliados, era una potencia mundial y, por lo tanto, tenía un ejército más poderoso. Sin embargo, fue forzado a retirarse del conflicto debido a la Revolución Rusa, la cual provocó una inestabilidad política interna.

El Tratado fue firmado en el Palacio de Versalles en junio de 1919 y estableció las condiciones de paz para Alemania, que había perdido la Primera Guerra Mundial. Alemania estaba obligada a renunciar a sus colonias, pagar reparaciones de guerra, reducir su ejército y eliminar su ejército naval.

Alemania se vio obligada a aceptar la responsabilidad de la guerra. Entre las consecuencias, se incluye la pérdida de territorios que luego conformaron Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia.

La guerra se extendió a diferentes partes del mundo, incluyendo las colonias de las potencias europeas en África y Asia. Por ejemplo, Japón se sumó al conflicto y luchó en el territorio chino.

La entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial fue un punto de inflexión en el conflicto. Estados Unidos aportó un gran número de tropas y recursos a los Aliados, lo que tuvo una influencia decisiva en el resultado de la guerra.

La guerra terminó con la firma del Armisticio de Compiègne el 11 de noviembre de 1918. Este evento marcó la finalización de las hostilidades y el inicio del periodo posterior a la guerra donde se establecieron los acuerdos de paz.

La guerra causó una enorme pérdida de vidas y recursos. Más de 16 millones de personas murieron y 20 millones resultaron heridas. La infraestructura europea fue devastada.

El Tratado de Versalles, firmado tras la Primera Guerra Mundial, impuso duras condiciones a Alemania, incluyendo la pérdida de territorio, el pago de reparaciones económicas y la reducción de su ejército. Esto generó un profundo resentimiento en Alemania y contribuyó a la inestabilidad mundial.

Las reparaciones y las restricciones económicas impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles llevaron a una crisis económica profunda, marcada por la hiperinflación en 1923 y una depresión que debilitó la economía alemana.

El Tratado de Versalles, en lugar de promover la paz, aumentó las tensiones entre las naciones europeas. Alemania, resentida por las condiciones impuestas, buscó venganza, mientras que otros países temían su resurgimiento.

La Revolución Rusa, un proceso histórico que culminó con la caída del régimen zarista, tuvo como resultado la creación de la Unión Soviética, el primer estado socialista del mundo. Este evento tuvo un impacto profundo en la política mundial.

El descontento popular en Rusia estaba en aumento debido a la autocracia del régimen zarista, la represión, la falta de libertades y la corrupción. Esto creó un caldo de cultivo para la revolución.

La economía rusa era atrasada y dependiente de la agricultura, con campesinos empobrecidos y una clase obrera explotada. Además, la guerra agravó la situación económica, lo que contribuyó a la revolución.

La Primera Guerra Mundial tuvo un impacto devastador en Rusia. Millones de soldados murieron, la economía se derrumbó y la población sufrió hambre y miseria. La guerra creó una poderosa presión para el cambio.

Las ideas marxistas, que promovían la lucha por la igualdad social y la abolición de la propiedad privada, ganaron popularidad en Rusia, especialmente entre los sectores radicales que buscaban un cambio profundo en la sociedad.

En marzo de 1917, protestas masivas en Petrogrado (San Petersburgo) por la escasez de comida y el desgaste de la guerra. Los manifestantes, apoyados por soldados amotinados, obligaron al zar Nicolás II a abdicar. Se formó un Gobierno Provisional, liderado por Alexander Kérenski, pero mantuvo a Rusia en la guerra y no atendió las necesidades populares de tierra, pan y paz.

En noviembre de 1917, los bolcheviques, liderados por Lenin y con el apoyo de la Guardia Roja, tomaron el poder del Gobierno Provisional en un golpe de Estado. Se estableció un gobierno socialista bajo el control de los soviets (consejos de trabajadores, soldados y campesinos).

Rusia firmó el Tratado de Brest-Litovsk (1918) con las Potencias Centrales, abandonando la Primera Guerra Mundial a cambio de grandes concesiones territoriales.

La propiedad de la tierra fue confiscada y redistribuida entre los campesinos.

Los bancos, industrias y recursos estratégicos fueron nacionalizados.

Se abolió la monarquía y se estableció un estado basado en los principios del marxismo-leninismo.

Después de la revolución, estalló una guerra civil entre los "Rojos" (bolcheviques) y los "Blancos" (monárquicos, liberales y otros opositores). Los bolcheviques ganaron gracias a su organización, liderazgo y políticas radicales como el "Terror Rojo", asegurando el control del país.

Rusia se convirtió en una federación socialista que incluyó a otras repúblicas bajo un sistema centralizado.

Esta ideología promovía la superioridad de la raza aria, considerando a los judíos y otros grupos como responsables de los problemas de Alemania, como la derrota en la Primera Guerra Mundial y la crisis económica.

En 1935 se promulgaron estas leyes que despojaron a los judíos de su ciudadanía alemana, prohibían el matrimonio y las relaciones entre judíos y no judíos, y establecían la discriminación legalizada en todos los aspectos de la vida.

El régimen nazi utilizó discursos, publicaciones y películas para deshumanizar a los judíos, presentándolos como una amenaza para la pureza racial y la prosperidad de Alemania.

La "Noche de los Cristales Rotos" marcó un punto de inflexión en 1938, con ataques masivos a propiedades judías, sinagogas y personas, señalando el inicio de una violencia más abierta.

Los judíos fueron confinados en guetos, barrios cerrados en ciudades ocupadas, donde vivían en condiciones inhumanas de hacinamiento, hambre y enfermedades. Un ejemplo es el gueto de Varsovia.

Desde 1933, los nazis establecieron campos de concentración para prisioneros políticos y otros grupos perseguidos. Con el tiempo, estos campos se transformaron en centros de trabajos forzados y exterminio masivo.

Esta se formalizó en la Conferencia de Wannsee en 1942, y consistía en el plan para la eliminación total de los judíos europeos.

Las víctimas eran sometidas a ejecuciones masivas, experimentos médicos, trabajos forzados, hambre extrema y asesinatos sistemáticos en cámaras de gas.

La división de Berlín en dos partes, Oriental (soviética) y Occidental (aliada a EE. UU.), simbolizó el inicio de la Guerra Fría.

Periodo de relativa distensión entre EE. UU. y la URSS en los años 70, con acuerdos para limitar armas nucleares.

Movimientos de resistencia en países bajo control soviético que buscaban la independencia del dominio de Moscú, como en Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968).

El presidente estadounidense Ronald Reagan tomó una postura más agresiva contra la URSS, aumentando el gasto militar y calificando al bloque soviético como "el imperio del mal".

Políticas de apertura implementadas por Mijaíl Gorbachov en la URSS, incluyendo la "glasnost" (apertura política) y la "perestroika" (reestructuración económica), que debilitaron al sistema comunista.

El colapso del Muro de Berlín en 1989 marcó el fin del control soviético sobre Europa del Este.

La disolución de la Unión Soviética en diciembre de 1991 marcó el fin oficial de la Guerra Fría.

EE. UU. emergió como la única superpotencia global tras la Guerra Fría.