Historia de España: Regeneracionismo y Restauración

Proceso de recuperación de la monarquía borbónica en España tras la Primera República, en 1875, con Alfonso XII como rey.

El rey Alfonso XII firmó el manifiesto de Sandhurst donde estableció las bases de la nueva monarquía. El texto se centró en la monarquía constitucional, la unión del catolicismo y el liberalismo, y una ruptura con los gobiernos anteriores.

La Constitución de 1876 fue la base del sistema político de la Restauración. Establecía la división de poderes en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

El turnismo en el sistema de la Restauración se refiere a la alternancia en el poder entre el Partido Conservador, liderado por Cánovas del Castillo, y el Partido Liberal, liderado por Sagasta.

Las prácticas fraudulentas en las elecciones, como el pucherazo (manipulación de votos), el voto de los ‘lázaros’ (votantes ficticios) y las presiones de los caciques, aseguraron que el partido deseado por la corona ganara las elecciones.

El partido republicano estaba dividido en varias tendencias. Todas ellas proponían un modelo de Estado republicano.

El partido carlista se levantó en una nueva guerra contra Alfonso XII. Sus núcleos en el Maestrazgo, la Seo de Urgel y el norte fueron vencidos por el Ejército.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue fundado por Pablo Iglesias en 1879, y se consolidó gracias al auge alcanzado en la época por el movimiento obrero.

Cobró fuerza tras el reconocimiento de los derechos de reunión y de asociación por la Constitución de 1876 y la promulgación de la Ley de Asociaciones de 1887.

Surgieron como reacción frente a la política centralista de la Restauración.

El nacionalismo catalán reivindicó su idioma como lengua oficial, la existencia de partidos políticos y de tribunales catalanes, y la autonomía de Cataluña.

El nacionalismo vasco, impulsado por Sabino Arana, fue católico y conservador y defendió sus fueros y tradiciones. En 1897 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

El nacionalismo gallego buscó la solución a los problemas económicos y sociales.

Movimiento intelectual y político que buscaba acabar con la corrupción y el atraso en España tras la pérdida de las colonias en 1898.

Etapa del reinado de Alfonso XIII que se caracterizó por la alternancia en el poder entre liberales y conservadores, pero donde se tuvieron que enfrentar a problemas externos e internos.

Conflicto armado entre España y las tribus rifeñas en Marruecos, iniciado en 1909, que representó un duro golpe para la imagen de España.

Protestas violentas que se produjeron en Barcelona en 1909, iniciadas por el envío de reservistas catalanes a Marruecos, que provocaron una fuerte represión por parte del gobierno.

Acuerdo entre España y Francia para dividir Marruecos en zonas de influencia, mostrando la pérdida de poder de España en el mundo.

Grupo de escritores que reflejaban la situación de España tras la crisis de 1898, con obras que expresaban la decadencia, la incertidumbre y el pesimismo.

Líder del Partido Liberal durante la Restauración, que impulsó reformas sociales y políticas en respuesta a las necesidades del siglo XX.

Líder del Partido Conservador durante la Restauración, que se posicionó en contra del liberalismo y defendía la tradición española.

Esta etapa se inicia con la triple crisis de 1917: Militar, Político y Social. Los militares pedían mejores condiciones, la asamblea catalana buscaba autonomía y los grupos de izquierda protestaban con huelgas.

La Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa aumentaron las dificultades económicas en España.

España sufrió una derrota en Marruecos en 1921, con grandes pérdidas humanas. Esto aumentó el descontento público.

Una época donde el general Primo de Rivera tomó el poder en España mediante un golpe de estado en 1923, con el apoyo del rey Alfonso XIII.

En el Directorio militar (1923-1925), disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos y eliminó libertades individuales. También centralizó el poder más aún, causando malestar en zonas con aspiraciones nacionalistas.

Primo de Rivera quiso crear un sistema similar al fascismo de Italia. Implementó un nacionalismo económico, creando grandes empresas estatales. También creó el partido Unión Patriótica, que no tenía poder real, solo era propaganda.

La oposición a la dictadura de Primo de Rivera aumentó, tanto por partidos de derecha como de izquierda. Ambos crearon partidos republicanos y demandaban un gobierno electivo.

La crisis económica de 1929 debilitó a Primo de Rivera, mientras que la creciente oposición a su gobierno lo obligó a renunciar en 1930.

La Constitución de 1931 fue un documento fundamental que sentó las bases de la Segunda República Española. Estableció un sistema político democrático, con una amplia declaración de derechos individuales, la soberanía popular, la separación de poderes, el sufragio universal (hombres y mujeres) y la posibilidad de autonomía para las regiones.

En el Bienio Reformista (1931-1933), la República Española implementó una serie de reformas, incluyendo la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña, la reducción del ejército, la reforma agraria y la mejora de las condiciones laborales. Las reformas sociales incluyeron la reducción de la jornada laboral a 40 horas, el aumento de los salarios y la creación de sistemas de seguridad social.

El Bienio Radical-Cestista (1933-1935) estuvo marcado por la paralización de las reformas iniciadas en el Bienio Reformista, lo que generó descontento entre la población y provocó huelgas y protestas. Los conflictos más importantes ocurrieron en Asturias y Cataluña, culminando en la Revolución de Octubre de 1934. El gobierno respondió con una represión dura y el encarcelamiento de los líderes revolucionarios.

El Frente Popular (1935-1936) representó un intento de regresar a las políticas reformistas y progresistas. Se destacó por la restauración de la autonomía catalana, la amnistía para los presos de la Revolución de Octubre y la continuación de las reformas sociales. Sin embargo, la diversidad de partidos dentro del Frente Popular, incluyendo el partido anarquista, el comunista, el PSOE y otros grupos menores, generó división y tensiones internas.

La Segunda República Española fue un periodo de intenso cambio político y social en España. Se caracterizó por la democratización del país y la implementación de reformas sociales y económicas. Sin embargo, también se enfrentó a grandes desafíos como la polarización política, el descontento de la clase trabajadora, las tensiones regionales y la violencia política que culminaron en la Guerra Civil Española.

Clara Campoamor fue una destacada figura política y feminista española. Como diputada en la Segunda República Española, defendió con vehemencia el derecho al voto femenino, logrando su aprobación en 1931. En 1933, fue la única mujer candidata a la presidencia de la República.

La Revolución de Octubre de 1934 fue un levantamiento popular en Asturias y Cataluña, propiciado por la situación social y política de la época, las reformas del Bienio Radical-Cestista, la crisis económica, etc. El objetivo era derrocar al gobierno y restablecer los derechos de los trabajadores. La respuesta gubernamental fue la de una brutal represión.

La separación Iglesia-Estado fue uno de los elementos clave de la Constitución de 1931. La República Española buscó establecer una relación más libre y laica con la Iglesia, permitiendo el libre culto, legalizando la práctica de todas las religiones y eliminando el pago a los sacerdotes. Esta medida generó polémica y resistencia por parte de sectores eclesiásticos.