Guerra de Independencia Española

Batalla de Bailén (1808): Victoria española sobre las tropas napoleónicas; marcó el primer revés importante para Napoleón en la Península.
Batalla de Tudela (1808): Victoria francesa que permitió el control de gran parte de España.
Batalla de Salamanca (1812): Decisiva victoria británica y española, debilitando las fuerzas francesas.
Sitio de Zaragoza (1808-1809): Resistencia española emblemática; aunque cayó, mostró la tenacidad del pueblo español.

Inicio (1808): Comienza con el levantamiento del pueblo contra la ocupación francesa tras la invasión.
Características: Guerrilla como táctica principal, enfrentamientos entre fuerzas regulares y partidas de resistencia.
Intervención británica: Contribuciones significativas de tropas británicas bajo el mando del duque de Wellington.
Fin (1814): La guerra concluye con la retirada de las tropas francesas y el regreso de Fernando VII al trono.

Destrucción de infraestructura: La guerra dejó muchas ciudades y caminos en ruinas.
Crisis agrícola: Aumento de la pobreza y del hambre debido a la guerra y la falta de cosechas.
Interrupción del comercio: Bloqueos y enfrentamientos afectaron el intercambio comercial, causando inflación.
Cambios en la propiedad: Desposesión de tierras y bienes de la nobleza que colaboró con los franceses.

Pérdidas humanas: Millones de muertos, heridos y desplazados por la violencia de la guerra.
Desplazamiento forzado: Muchos españoles se vieron obligados a huir de sus hogares, creando una crisis de refugiados.
Radicalización social: Aumento del nacionalismo y sentimientos anti-franceses entre la población.
Implicación de la mujer: Las mujeres jugaron un papel crucial en la resistencia y la economía local.

Alianzas con los británicos: Union de fuerzas entre España y Gran Bretaña para combatir a Napoleón.
Colaboración con otros países europeos: Formaciones de juntas y coaliciones con otras naciones afectadas por la invasión.
Fractura entre liberales y absolutistas: La guerra exacerbó divisiones internas en España, con diferentes visiones sobre el futuro político.
Restauración de Fernando VII: Su regreso al trono representó una vuelta al absolutismo, generando descontento y nuevas tensiones políticas.

Batalla de Bailén (1808): Primera victoria significativa de España contra las tropas napoleónicas, simbolizando el inicio del debilitamiento francés en la Península.
Batalla de Tudela (1808): Victoria para las fuerzas francesas, permitiendo el control francés sobre gran parte del territorio español.
Batalla de Salamanca (1812): Victoria decisiva que unió a británicos y españoles, debilitando considerablemente a las fuerzas napoleónicas en España.
Sitio de Zaragoza (1808-1809): Ejemplo emblemático de la resistencia española; aunque Zaragoza cayó, la prolongada defensa ilustró la firmeza del pueblo español.

Inicio (1808): Comienza con el levantamiento popular contra la ocupación de las tropas de Napoleón, planteando una serie de conflictos bélicos.
Características: Predominancia de la guerra de guerrillas; se produjeron enfrentamientos regulares y acciones de resistencia organizadas.
Intervención británica: La participación británica, liderada por el duque de Wellington, resultó fundamental en el debilitamiento de las fuerzas francesas.
Fin (1814): La guerra concluye con la retirada de las tropas francesas, restableciendo a Fernando VII en el trono español.

Destrucción de infraestructura: Las continuas batallas y asedios dejaron muchas ciudades destruidas y caminos en mal estado.
Crisis agrícola: La guerra conllevó un aumento en la pobreza y escasez de alimentos debido a las cosechas perdidas y la inestabilidad.
Interrupción del comercio: Bloqueos navales y enfrentamientos interrumpieron el comercio, ocasionando inflación y escasez de bienes.
Cambios en la propiedad: Desposesión de tierras y bienes de la nobleza que colaboró con los franceses, alterando la estructura de propiedad en España.

Pérdidas humanas: Millones de víctimas, incluidos muertos, heridos y desplazados, reflejando la enorme violencia del conflicto.
Desplazamiento forzado: Muchas personas huyeron de sus hogares debido a la guerra, resultando en una crisis de refugiados en el país.
Radicalización social: Aumento del sentimiento nacionalista y anti-francés entre la población, promoviendo un sentido de identidad nacional.
Implicación de la mujer: Las mujeres desempeñaron un papel esencial en la resistencia y en el mantenimiento de la economía local durante el conflicto.

Alianzas con los británicos: La cooperación entre España y Gran Bretaña fue clave en la lucha contra las fuerzas napoleónicas.
Colaboración con otros países europeos: Formación de juntas y coaliciones con naciones europeas afectadas por la invasión francesa.
Fractura entre liberales y absolutistas: La guerra exacerbó las divisiones internas en España, con posturas distintas sobre el futuro político del país.
Restauración de Fernando VII: Su regreso al trono simbolizó una vuelta al absolutismo, causando descontento y agravando las tensiones políticas.