Desiertos: paisajes áridos y fascinantes

El desierto, uno de los paisajes más abiertos de la Tierra, es definido por la escasa o ausencia de vegetación debido a la falta de agua. Se extiende por amplias zonas en todos los continentes y se subdivide en cuatro formas básicas: calidos, fríos, áridos y semiáridos.

Los desiertos calidos, como el Sahara, se encuentran en regiones subtropicales con veranos calurosos y inviernos suaves. Estos desiertos alcanzan su máximo de aridez en zonas cálidas del globo, donde las temperaturas elevadas se combinan con una ausencia casi total de lluvias.

Los desiertos fríos, como el desierto de Gobi, se encuentran en latitudes templadas con veranos relativamente calurosos y inviernos fríos. Estos desiertos presentan una combinación de elementos cálidos y fríos, creando entornos únicos dentro del bioma.

Los desiertos áridos, como el desierto de Sahara, carecen prácticamente de vegetación debido a las condiciones extremas. En contraste, las regiones semiáridas, como el desierto de Sonora, presentan una mezcla de plantas separadas por la tierra desnuda.

La falta de vegetación en los desiertos exponena las rocas subyacentes, que se presentan en varios colores, desde el blanco de las sales de sodio y calcio hasta el rojo del hierro, el negro del basalto y el beige de la arenisca. Los desiertos también presentan grandes variaciones de temperatura entre el día y la noche, lo que acelera el proceso de meteorización, rompiendo la roca y creando montones de roca destrozada.

La sal es una característica común de los desiertos. Los ríos que desembocan en los desiertos suelen desembocar allí debido a la evaporación intensa del sol y, al secarse, depositan la sal disuelta en su interior. Las plantas del desierto, conocidas como xerófilas y halófilas, han adaptado preferentemente a estas condiciones, permitiéndoles sobrevivir en entornos extremos.

En los desiertos, como en otros lugares, la vida se adapta y se encuentra una manera de sobrevivir. Los desiertos son una evidencia de la creatividad, la adaptabilidad y la fuerza de la naturaleza.El desierto de Taklamakan, en el oeste de China, es uno de los desiertos más inhóspitos debido a su aridez y temperaturas frías en invierno. Conectado al norte con el famoso Gobi de Mongolia y norte de China. En Australia, la mayor parte del país tiene condiciones semiáridas, desde las costas occidentales hasta las sabanas orientales. Las extensas áreas de distribución en los desiertos permiten que las especies se extiendan por amplias zonas. Familias de plantas como Asteráceas y Frankenia se han colonizado en gran parte del globo.

En Sudamérica, las precipitaciones mínimas en la costa peruana y Chile hacen que nada crezca, mientras que en la Patagonia hay extensos semi-desiertos con arbustos bajos como Nassauvia y Chuquiraga. La región desértica más extensa conecta el Sáhara con Oriente Próximo, Asia Central y India. Arbustos comunes incluyen ajenjo, tamarisco y nitraria, así como alcaparra, atriplex y pasto pluma.

Palmeras datileras son importantes fuentes de alimentos en las zonas desérticas de Oriente Próximo. En África, se encuentran muchos aloes, como el árbol carcaj y euphorbia virosa, y la singular weltwischia. En Australia, se encuentran gramíneas spinifex y el tomate de matorral, palmera livistona mariae y el roble del desierto. En Norteamérica, se encuentra el emblemático cactus saguaro y el agave tequilero, además del árbol de Josué y creosota.

Los desiertos albergan poca vida salvaje, principalmente en forma de serpientes, escorpiones y similares. A pesar de la escasa vegetación, el desierto esquiva una belleza tan austera y diferente de otros ecosistemas. Ha inspirado a artistas y escritores durante siglos, desde Las Mil y Una Noches hasta películas y series de televisión del género del Oeste. Los desiertos son el único bioma que se ha convertido en la característica central de una clase de cultura popular.