Confirmación Sacramento: Iniciación Cristiana

¿Cuáles son los tres sacramentos que constituyen la iniciación cristiana?

¿Qué efecto tiene la Confirmación en los bautizados?

¿Quién recibió el descenso del Espíritu Santo en su Bautismo?

¿Qué prometió Jesús repetidamente?

¿Cuándo se realizó la promesa de la efusión del Espíritu?

¿Qué sucede con la plenitud del Espíritu después de que Jesús la recibió?

¿Qué representa la Confirmación según el Ritual de la Confirmación?

¿Qué día se realizó la promesa de la efusión del Espíritu de manera más manifiesta?

¿Qué es lo que los Apóstoles comienzan a proclamar después de recibir el Espíritu Santo?

¿Qué recibieron los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar?

¿Cómo comunicaban los Apóstoles el don del Espíritu Santo a los neófitos?

¿Por qué se añadió la unción con óleo perfumado a la imposición de las manos?

¿Qué es lo que se llama en Oriente a este sacramento?

¿Qué sugiere el nombre de Confirmación en Occidente?

¿Qué es lo que se llama a la gracia que se recibe en el Bautismo?

¿Qué es lo que se menciona en la carta a los Hebreos como uno de los primeros elementos de la formación cristiana?

La Confirmación es parte de los "sacramentos de la iniciación cristiana", junto con el Bautismo y la Eucaristía, y su recepción es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal.

La Confirmación une más íntimamente a los bautizados con la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo, obligándolos a extender y defender la fe con sus palabras y obras.

En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado para realizar su misión salvífica.
El descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su Bautismo por Juan fue el signo de que Él era el Mesías, el Hijo de Dios.
La plenitud del Espíritu Santo comunicada a Jesús no debía permanecer únicamente en Él, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico.

Cristo prometió la efusión del Espíritu Santo en varias ocasiones, y la realizó primero el día de Pascua y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés.
Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar "las maravillas de Dios" y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos.

Los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo.
La imposición de las manos ha sido considerada por la tradición católica como el primitivo origen del sacramento de la Confirmación.
La unción con óleo perfumado (crisma) se añadió posteriormente para significar el don del Espíritu Santo y se mantiene en la actualidad en Oriente y Occidente.