Cambios en la criosfera

Study Notes

La reducción de los casquetes polares y glaciares disminuye el albedo, aumentando la temperatura global.
La Antártida refleja hasta un 90% de la radiación solar, enfriando el planeta.
El deshielo del permafrost en Siberia libera dióxido de carbono y metano, amplificando el cambio climático.
Se produce una retroalimentación positiva que intensifica el calentamiento global.

El aumento del nivel del mar puede inundar islas como las Maldivas y regiones costeras de India, China, Egipto y Bangladesh.
Este ascenso provoca inundaciones en llanuras y contamina acuíferos por salinización.
La reducción de salinidad y el aumento de temperatura en mares afectan la densidad y la circulación de corrientes marinas.
Cambios en la circulación marina podrían resultar en climas extremos, como veranos calurosos e inviernos fríos.
La acidificación del mar impide el desarrollo de corales y la formación de conchas en moluscos, amenazando la biodiversidad marina.
Proyecciones del IPCC indican que aumentará la escorrentía de ríos en latitudes altas, pero disminuirá en regiones secas.

Se espera un clima más extremo con sequías severas y precipitaciones intensas.
La frecuencia e intensidad de huracanes y tormentas aumentará, incrementando su potencial destructivo.

El deshielo hace que los suelos montañosos sean más inestables, aumentando la frecuencia de aludes.
Los ríos experimentan fluctuaciones bruscas en caudal, provocando más inundaciones.

Alteraciones de temperatura impactan el comportamiento de las especies, como el adelanto en la cría de aves debido a inviernos cálidos.
Algunas aves han dejado de migrar a sus destinos tradicionales, adaptándose a nuevos hábitos.
Un aumento en dióxido de carbono puede estimular la fotosíntesis, pero el estrés térmico podría contrarrestar este efecto.
Se estima que hasta un 30% de las especies podría estar en riesgo de extinción si la temperatura global aumenta entre 1.5 y 2.5 ºC respecto a 1980-1999.