Anatomía de la Columna Vertebral

Las vértebras torácicas son las que conforman la región dorsal del animal. Se caracterizan por tener movilidad limitada y por la presencia de las costillas, que se articulan con sus cuerpos.

Las vértebras lumbares son responsables de la flexibilidad y la fuerza de la parte baja de la espalda del animal. Tienen apófisis grandes que sirven para la inserción de músculos.

El sacro es una estructura ósea formada por la fusión de varias vértebras. Carece de movilidad y es crucial para la estabilidad de la pelvis.

Las vértebras caudales forman la cola del animal. Permiten gran movilidad y flexibilidad, especialmente en animales con colas largas y prensiles.

Cuerpo vertebral: La parte principal de la vértebra que soporta peso. Tiene las características:

• Cabeza: extremo craneal
• Fosa: extremo caudal
• Cresta ventral: parte ventral del cuerpo

Arco vertebral: Esta estructura rodea la médula espinal. Está formado por dos pedículos y dos láminas. Se ubica en la parte dorsal de la vértebra.

Apófisis: Proyecciones óseas que sobresalen de una vértebra. Sirven para articulación con otras vértebras o para inserción muscular.

Espacios interarcuales: Son los espacios entre los arcos vertebrales contiguos. Permiten el paso de los nervios espinales entre las vértebras.

La primera vértebra cervical, también conocida como atlas, se articula con el hueso occipital del cráneo, permitiendo los movimientos de flexión y extensión de la cabeza.

El atlas tiene una forma anular, con un agujero central para el diente del axis, y dos alas laterales que se articulan con el hueso occipital.

La segunda vértebra cervical, también conocida como axis, se articula con el atlas y con la tercera vértebra cervical (C3).

El axis tiene un diente prominente (apófisis odontoides) que se proyecta hacia arriba y se inserta en el agujero del atlas, permitiendo la rotación de la cabeza.

Las apófisis espinosas del axis son prominentes y pueden estar divididas en ciertos animales, como en los équidos.

El axis tiene un agujero lateral en cada lado, que sirve para el paso de vasos sanguíneos y nervios, pero esta característica no se observa en los carnívoros.

Las apófisis articulares craneales del axis son modificadas, siendo verticales en su posición.

Las apófisis articulares caudales del axis se articulan con la tercera vértebra cervical (C3).

Las vértebras torácicas se articulan con las costillas, formando el tórax. En mamíferos domésticos, el número de vértebras torácicas varía entre 12 (conejos) y 18 (équidos).

Las vértebras torácicas tienen un cuerpo cilíndrico con cabeza, fosa y cresta ventral. Sus espacios interarcuales (entre los arcos vertebrales) son reducidos, y el agujero vertebral es estrecho.

Las apófisis espinosas de las vértebras torácicas son muy altas, especialmente las primeras, y sirven de inserción muscular. Las apófisis transversas son también gruesas, al igual que las apófisis articulares, que se aproximan al plano medio, lo que limita la movilidad en esa región.

En cada vértebra torácica, existen tres facetas costales para articularse con las costillas: craneal (cabeza), transversa (tubérculo) y caudal (para la siguiente costilla).

En las últimas vértebras torácicas, aparecen las apófisis mamilares (dirigidas hacia craneal), y en los carnívoros, también las apófisis accesorias (dirigidas hacia caudal).

La cruz es el punto más alto del tronco, localizado en la vértebra torácica con la apófisis espinosa más alta. Sirve para medir la altura de los animales cuadrúpedos.

La vértebra anticlinal es aquella que tiene su apófisis espinosa dispuesta verticalmente, marcando un cambio en la dirección de las apófisis espinosas de las vértebras siguientes (hacia craneal).

Las vértebras torácicas son menos móviles que las vértebras cervicales o las lumbares. Esta limitación de movimiento se debe a las articulaciones con las costillas que forman la caja torácica.

La parte más caudal del cráneo que se une a la columna vertebral.

La primera vértebra de la columna vertebral, también conocida como vértebra atlas.

La segunda vértebra de la columna vertebral, también conocida como vértebra axis. Permite el movimiento de rotación de la cabeza.

La articulación entre el occipital y el atlas, que permite la flexión y extensión de la cabeza.

La articulación entre el atlas y el axis, que permite la rotación de la cabeza.

Ligamentos que conectan el occipital con el atlas y sostienen la articulación atlantooccipital.

Estructura que cubre la articulación atlantooccipital en su cara dorsal y ventral.

Las vértebras lumbares son más largas que las torácicas, con cuerpos aplanados y apófisis espinosas de altura uniforme. Sus apófisis transversas son largas y anchas, dispuestas horizontalmente, y se conocen como apófisis costiformes. Permiten movimientos de flexión, pero no de lateralidad.

La vértebra L5 de los équidos tiene dos facetas articulares caudales en sus apófisis transversas para la articulación con la L6. La L6 también articula sus apófisis transversas con las alas del sacro.

El sacro está formado por la fusión de 3 a 5 vértebras, formando una estructura ósea inmóvil. Se articula con la última vértebra lumbar, la primera vértebra caudal y las alas del ilion.

El canal vertebral es un conducto que se encuentra dentro del sacro y que alberga la médula espinal. Las apófisis espinosas, transversas y articulares se encuentran en la parte dorsal del sacro.

Las vértebras sacras de los équidos son más cortas y tienen las apófisis transversas más anchas que las del bovino. En los bovinos, el canal vertebral del sacro es más profundo que el del équido.

El sacro es un hueso importante para la estabilidad de la pelvis y la locomoción del animal, ya que conecta la columna vertebral con la pelvis y transmite el peso del cuerpo a las extremidades posteriores.

Los cuerpos de las vértebras sacras son más anchos, cortos y fuertes que los de las otras vértebras para soportar mejor la carga del peso del animal.

El espacio interarcual atlantooccipital es la zona entre el atlas (C1) y el occipital, que permite el acceso a la cisterna magna. Es un punto clave para la extracción de líquido cefalorraquídeo y para la inyección de contrastes medulares.

La articulación atlantoaxial es la articulación entre el atlas (C1) y el axis (C2), que permite la rotación de la cabeza. Esta articulación está formada por la fóvea del diente del atlas, el diente del axis, las fóveas articulares caudales del atlas, las apófisis articulares craneales del axis, la misma cápsula articular que la articulación atlantooccipital, y varios ligamentos.

La membrana tectoria es una prolongación del ligamento longitudinal dorsal que une la superficie dorsal del cuerpo del axis con el borde ventral del agujero magno.

El ligamento transverso del atlas es una banda que cruza transversalmente el arco ventral del atlas y forma un anillo alrededor del diente del axis. Solo se encuentra en carnívoros.

El ligamento del diente es una estructura que se inserta en el occipital y se une al diente del axis, siendo un importante estabilizador de esta articulación.

Los ligamentos alares son dos bandas que se insertan en el occipital y se conectan a los lados del diente del axis. Solo se encuentran en carnívoros y suidos.

El ligamento longitudinal dorsal, a su vez, se extiende desde la cara dorsal del diente del axis hasta el borde ventral del agujero magno.

El ligamento del vértice del diente se une al vértice del diente del axis con la apófisis basilar del occipital.