Análisis de la Sociedad Agraria a la Industrial

Los estamentos sociales, como la nobleza y el clero, fueron reemplazados por clases sociales, basadas en la riqueza y la posición económica.

Las revoluciones liberales establecieron la igualdad jurídica para todos los ciudadanos, eliminando los privilegios por nacimiento.

La nobleza perdió muchos privilegios, pero mantuvo gran poder económico al conservar tierras y propiedades.

El clero vio reducido su poder económico con la supresión de conventos y el diezmo, pero recibió compensaciones del presupuesto público.

Esta clase social incluia a la antigua aristocracia, altos cargos del clero, el ejército y la administración, y la alta burguesía. Sus ingresos venían de propiedades, rentas o capitales.

Compuesta por artesanos, obreros, campesinos y jornaleros, esta clase social no tenía acceso a la propiedad ni a la participación política.

La expansión del capitalismo benefició a la clase alta y generó nuevas desigualdades, lo que llevó a la resistencia y la lucha del movimiento obrero.

Las nuevas máquinas, vistas como una amenaza a los empleos, provocaron protestas en forma de movimientos luditas.

Las primeras organizaciones obreras, como las Sociedades de Protección Mutua, buscaban apoyo mutuo y resistir a las condiciones laborales.

La Alta Nobleza, a pesar de perder sus privilegios, se benefició de la desamortización y mantuvo su riqueza.

La Alta Burguesía buscaba prestigio social, se convirtió en inversionista, compró tierras y controlaba los servicios públicos.

Terratenientes, comerciantes y pequeños fabricantes formaban esta clase social, pero aún no tenían el poder político debido a su poca importancia.

En un país rural, la mayoría de los trabajadores eran jornaleros sin tierras, luchando contra la pobreza y el hambre.

Artesanos, herreros y zapateros, este sector seguía siendo importante a pesar de la industrialización.

Los trabajadores fabriles, especialmente en la industria textil, vivían en condiciones de trabajo inhumanas y pobreza.

Ocupaciones de tierras y reparto de la riqueza, así se manifestaron las protestas campesinas contra las desigualdades.

A pesar de las protestas, la tierra siguió concentrada en manos de pocos, dejando a la mayoría en la miseria.

Esta corriente ideológica, aunque no lograba cambios profundos en la sociedad, fue una opción electoral para los trabajadores.

Este movimiento social buscaba la igualdad social y la propiedad colectiva, como forma de mejorar las condiciones de vida.

La AIT, fundada en 1864, buscaba unir a los trabajadores de diferentes países para luchar contra el capitalismo.

Los marxistas, seguidores de Karl Marx, creían que la clase trabajadora debía tomar el poder a través de la revolución.

Los anarquistas, liderados por Bakunin, se oponían a la formación de partidos políticos y al estado, prefiriendo la acción directa.

Los congresos de la FRE, primera organización internacional de trabajadores en España, buscaban unir a todos los trabajadores.

Las huelgas y manifestaciones fueron las principales formas de protesta de los trabajadores para defender sus derechos.

El movimiento obrero, inspirado por la Primera Internacional, creció y se expandió en España.

La crisis de la Primera República, el golpe de Pavía y la prohibición del estado pusieron fin a la AIT en España.

La industria, el trabajo y la vida en general estaban fuertemente marcados por las desigualdades, la pobreza y la falta de derechos.

A pesar de los avances de las revoluciones liberales, la clase alta mantenía su poder económico y social.