Adam Smith y la riqueza de las naciones

Se titula formalmente "Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones".
Explora los factores que contribuyen a la prosperidad económica de un país

Smith argumenta que la división del trabajo aumenta la productividad.
La división del trabajo implica dividir un proceso productivo en tareas más pequeñas y especializadas.
En la obra, Smith ilustra esto con el ejemplo de una fábrica de alfileres.
Un trabajador que realiza todas las tareas necesarias para hacer un alfiler puede producir muy pocos alfileres al día.
Sin embargo, si el proceso se divide en tareas especializadas (estirar el alambre, cortarlo, afilar la punta, etc.) y cada trabajador se enfoca en una tarea, la producción total aumenta drásticamente.
La especialización permite a los trabajadores desarrollar habilidades específicas y volverse más eficientes en sus tareas.
Ahorra tiempo al evitar que los trabajadores tengan que cambiar de una tarea a otra
Fomenta la innovación, ya que los trabajadores especializados tienen más probabilidades de encontrar formas de mejorar sus procesos.

La "mano invisible" es una metáfora utilizada por Adam Smith para describir cómo, en un mercado libre, las decisiones individuales de los agentes económicos, buscando su propio interés, pueden conducir a resultados beneficiosos para la sociedad en su conjunto.
Cada individuo, al buscar su propio beneficio, es "llevado por una mano invisible" a promover el bienestar general sin siquiera proponérselo.
La mano invisible funciona a través del mecanismo de precios.
Los precios actúan como señales que transmiten información sobre la escasez relativa de bienes y servicios.
Los productores, buscando maximizar sus ganancias, responden a estas señales produciendo más de los bienes y servicios que son demandados y menos de los que no lo son.
Los consumidores, buscando maximizar su utilidad, responden a los precios comprando los bienes y servicios que mejor satisfacen sus necesidades a un precio dado.
Este proceso de ajuste mutuo entre oferta y demanda conduce a una asignación eficiente de los recursos.
La mano invisible no es una fuerza mágica, sino el resultado de la interacción de millones de decisiones individuales tomadas en un mercado libre.
Requiere de un marco legal que proteja los derechos de propiedad y haga cumplir los contratos.
También requiere de competencia, para que ningún productor pueda manipular los precios en su propio beneficio.

Adam Smith fue un defensor del libre mercado.
El libre mercado es un sistema económico en el que los precios de los bienes y servicios se determinan por la oferta y la demanda, sin la intervención del gobierno.
Smith argumentaba que el libre mercado es el sistema más eficiente para asignar los recursos.
Los individuos y las empresas pueden buscar sus propios intereses sin la intervención del gobierno.
Esto conduce a una mayor innovación y eficiencia.
El libre mercado promueve la competencia.
La competencia conduce a precios más bajos y bienes y servicios de mejor calidad.
El libre mercado respeta la libertad individual.
Los individuos tienen la libertad de elegir qué comprar, qué vender y en qué trabajar.

Smith creía en un rol limitado para el gobierno en la economía.
Las funciones principales del gobierno deberían ser:
- La defensa nacional
- La administración de justicia
- La provisión de bienes públicos (infraestructura, educación)
Smith se oponía a la intervención del gobierno en los mercados.
La intervención del gobierno distorsiona los precios y conduce a una asignación ineficiente de los recursos.
Smith criticó el mercantilismo, un sistema económico que prevalecía en su época.
El mercantilismo abogaba por la intervención del gobierno en la economía para promover las exportaciones y restringir las importaciones.
Smith argumentaba que el mercantilismo era perjudicial para la economía porque protegía a las empresas ineficientes de la competencia.
A pesar de abogar por un rol limitado del gobierno, Smith reconoció que el gobierno tiene un papel importante que desempeñar en la provisión de bienes públicos.
Los bienes públicos son bienes que no son excluibles (es decir, es difícil impedir que las personas que no pagan por ellos los consuman) y no son rivales (es decir, el consumo de una persona no reduce la cantidad disponible para otros).
Ejemplos de bienes públicos son la defensa nacional, la infraestructura y la educación.
Debido a que los bienes públicos no son rentables de proveer para las empresas privadas, el gobierno debe proveerlos.

La teoría de la mano invisible no siempre funciona perfectamente.
En el caso de los bienes públicos, el mercado falla en proveer una cantidad óptima.
Pueden existir externalidades negativas, como la contaminación, donde los costos de la producción no son internalizados por el productor, llevando a una sobreproducción.
La competencia imperfecta, como los monopolios u oligopolios, puede distorsionar los precios y reducir la eficiencia del mercado.
La distribución de la riqueza puede ser desigual en un sistema de libre mercado, lo que puede generar problemas sociales.
La teoría de Smith se enfoca principalmente en la eficiencia económica, y no aborda completamente cuestiones de equidad y justicia social.
Algunos críticos argumentan que el libre mercado puede llevar a la explotación de los trabajadores y a la degradación del medio ambiente si no se regula adecuadamente.
Es importante tener en cuenta estas limitaciones al aplicar los principios de la economía de Adam Smith en el mundo real.