Absolutismo Europeo: Siglos XVI y XVII

• El absolutismo fue un sistema político predominante en Europa durante los siglos XVI y XVII.
• El poder estaba concentrado en un monarca con autoridad absoluta, sin limitaciones institucionales.

Características del Absolutismo

• El monarca tenía el poder supremo y no estaba sujeto a leyes.
• Tomaba decisiones sin consultar, y su palabra era ley.
• El derecho divino de los reyes justificaba su autoridad absoluta.
• Se controlaban todos los aspectos de la vida política, económica y social del reino.
• Se implementaban políticas uniformes en todo el territorio.
• Se reducía la autonomía local y los privilegios regionales.
• Se buscó reducir los privilegios de la nobleza y el clero.
• Los nobles y el clero perdieron autonomía y poder.
• El monarca aspiraba a ser el único centro de autoridad.
• Se creó una administración centralizada.
• Se implementaron las políticas del monarca a través de ministerios y tribunales.
• La burocracia permitía al monarca ejercer su autoridad en todo el territorio.
• Un ejército fuerte era fundamental para mantener el control y defender el reino.
• El monarca necesitaba una fuerza militar para imponer su autoridad internamente y proteger sus fronteras.
• El ejército reprimía cualquier oposición al régimen.

Consecuencias del Absolutismo

• El absolutismo generó resistencia entre la nobleza y el pueblo.
• La resistencia llevó a revueltas y guerras civiles.
• La concentración de poder en un individuo se veía como opresiva.
• El absolutismo contribuyó al surgimiento del Estado moderno.
• El estado moderno tiene una administración centralizada y una autoridad definida.
• El absolutismo sentó las bases para la estructura política contemporánea.

Conclusiones

• El absolutismo fue una transición del feudalismo hacia el Estado moderno.
• Su legado se refleja en la forma en que están organizados y funcionan los estados contemporáneos.

El absolutismo fue un sistema político europeo de los siglos XVI y XVII. Se caracterizó por la concentración del poder en un monarca absoluto, sin limitaciones institucionales. El monarca tomaba decisiones sin consultar, controlando la política, economía y sociedad.