Unidad 2: Organización del Sistema Nervioso

El sistema nervioso está formado por millones de células nerviosas interconectadas que permiten al cuerpo responder a estímulos cambiantes.

Son las células principales del sistema nervioso, responsables de la transmisión de información.

El sistema nervioso está organizado de manera jerárquica, con diferentes estructuras trabajando juntas para una función óptima.

Las neuronas no trabajan de forma aislada, sino que se conectan formando redes para realizar funciones complejas.

Son células que soportan y protegen a las neuronas, manteniendo un entorno adecuado para su funcionamiento.

La capacidad de las neuronas para comunicarse entre sí mediante señales eléctricas y químicas.

La conformación y activación de las redes neuronales es la base de todo proceso cognitivo.

Las neuronas son responsables de funciones complejas como respirar, moverse, percibir, memorizar, comunicarse, emocionarse y tomar decisiones.

El sistema nervioso central (SNC) es la parte del sistema nervioso que se encuentra en el cráneo y la columna vertebral. Está formado por el encéfalo y la médula espinal.

El sistema nervioso periférico (SNP) es la parte del sistema nervioso que conecta el SNC con el resto del cuerpo. Está formado por nervios y ganglios.

El sistema nervioso somático (SNS) es la parte del SNP que controla los músculos voluntarios, como los músculos de las piernas y los brazos.

El sistema nervioso autónomo (SNA) o vegetativo es la parte del SNP que controla los músculos involuntarios, como los músculos del corazón, los pulmones y el estómago.

El sistema nervioso simpático (SNS) es una parte del SNA que se activa en situaciones de estrés o peligro. Prepara al cuerpo para la acción, aumentando el ritmo cardíaco y la presión arterial.

El sistema nervioso parasimpático (SNP) es una parte del SNA que se activa en situaciones de relajación. Restaura el cuerpo al estado de descanso, reduciendo el ritmo cardíaco y la presión arterial.

Los nervios son un conjunto de fibras que transmiten información entre el SNC y el resto del cuerpo.

Las fibras nerviosas son las células que componen los nervios. Transmiten información en forma de impulsos eléctricos.

Las neuronas sensitivas, encargadas de transmitir información sensorial al sistema nervioso central, tienen sus cuerpos celulares ubicados fuera de este.

Los ganglios raquídeos son agrupaciones de cuerpos celulares de neuronas sensitivas ubicados fuera del sistema nervioso central.

Se forman cuando las fibras que llevan información sensorial (aferentes) se unen con las que transmiten información motora (eferentes).

La teoría reticular postulaba que las neuronas estaban interconectadas formando una red continua, mientras que la teoría celular propuso que las neuronas son entidades independientes que se comunican a través de sinapsis.

La membrana celular de una neurona juega un papel crucial en la comunicación sináptica. Es responsable de mantener el potencial de membrana y de liberar neurotransmisores.

Una fibra nerviosa es un axón o dendrita de una neurona que transmite información. Las fibras aferentes transmiten información sensorial hacia el sistema nervioso central, mientras que las eferentes transmiten información motora desde el sistema nervioso central hacia los músculos y glándulas.

Los nervios espinales se forman por la unión de raíces nerviosas motoras y sensitivas que salen de la médula espinal. Se adhieren a la médula mediante la unión de estas raíces.

El sistema nervioso simpático prepara al cuerpo para la acción, como la respuesta de lucha o huida, mientras que el sistema nervioso parasimpático es responsable de la relajación y de las funciones corporales de reposo.

Las células del sistema nervioso se especializan para recibir información sensorial gracias a señales inductoras del ectodermo dorsal.

La cresta neural, formada durante el cierre del tubo neural, es crucial para el desarrollo del sistema nervioso periférico (SNP).

La cresta neural, luego de la formación del tubo neural, se localiza en la zona dorsal, agrupada junto a las somitas, unidades que darán lugar a la musculatura axial y el esqueleto.

Las células de la cresta neural forman los ganglios espinales a lo largo de la región caudal del tubo neural.

En la sexta semana de gestación, se produce la unión entre los ganglios espinales y la médula espinal, mediante la extensión de dos prolongaciones: una hacia la periferia y otra hacia la asta dorsal de la médula espinal.

Las prolongaciones centrales de los ganglios espinales forman las raíces dorsales de los nervios espinales, mientras que las prolongaciones periféricas, que se unen a los axones de la médula espinal, forman los nervios espinales.

Las células de Schwann se sitúan alrededor de los axones de los nervios periféricos y forman la vaina de mielina, esencial para la rápida transmisión de señales.

La formación de nervios periféricos a partir de las crestas neurales es un proceso complejo, que involucra la interacción entre diferentes células y tejidos.

La capa más interna de la corteza cerebelosa, compuesta por células granulares y células de Golgi, conectadas a la capa molecular a través de fibras paralelas.

La capa más superficial de la corteza cerebelosa, compuesta por células estrelladas y células de cesto, que recibe información de la capa granular mediante fibras paralelas.

La capa intermedia de la corteza cerebelosa, formada por células de Purkinje, grandes y numerosas, que establecen sinapsis con las fibras paralelas.

Fibras que conectan la capa granular con la capa molecular, transmitiendo información desde el interior de la corteza cerebelosa hacia la capa superficial.

Son las únicas células de proyección de la corteza cerebelosa, y sus axones se proyectan hacia los núcleos profundos del cerebelo.

Estructura ubicada en la profundidad de la corteza cerebelosa, compuesta por sustancia gris, que recibe información del cerebelo y la envía a otras estructuras nerviosas.

Estructura que se encuentra en la superficie del cerebelo, formada por muchos pliegues transversales, que se divide en tres lóbulos (anterior, posterior y floculonodular).

Son surcos o cisuras que delimitan los lóbulos y zonas del cerebelo.

La corteza prefrontal es la parte del cerebro responsable de funciones ejecutivas como la planificación, la toma de decisiones, la inhibición y la memoria de trabajo. La lesión de la corteza prefrontal puede provocar una variedad de problemas con estas funciones, resultando en problemas con comportamientos como apatía, desinhibición, pérdida de modales, falta de atención, alteraciones en el juicio y cambios de personalidad.

La corteza auditiva primaria es la parte del cerebro responsable de la audición. La lesión de la corteza auditiva primaria puede causar sordera cortical, lo que significa que la persona puede escuchar sonidos pero no puede procesarlos.

La corteza auditiva de asociación ayuda a interpretar los sonidos, incluyendo el reconocimiento del habla. La lesión de esta área puede causar agnosias auditivas, la persona puede escuchar sonidos pero no puede entender su significado.

El área de Wernicke es responsable de la comprensión del lenguaje. La lesión de esta área puede causar afasia de Wernicke, que es un trastorno de la producción y comprensión del lenguaje.

La corteza somatosensorial primaria recibe información sensorial del cuerpo, como el tacto, la temperatura y el dolor. La lesión de esta área puede causar anestesia, la pérdida de la sensación en la parte del cuerpo afectada.

La corteza somatosensorial de asociación interpreta la información sensorial del cuerpo, como la posición del cuerpo en el espacio y la conciencia de las partes del cuerpo. La lesión de esta área puede causar agnosias somatosensoriales, como la incapacidad de reconocer partes del propio cuerpo.

La corteza visual primaria es la parte del cerebro que recibe información visual de los ojos. Si la corteza visual primaria se daña, puede causar ceguera cortical, lo que significa que la persona puede ver pero no puede procesar la información visual.

El área de asociación visual ayuda a interpretar la información visual, incluyendo el reconocimiento de objetos y rostros. La lesión de esta área puede causar agnosias visuales, como la prosopagnosia (incapacidad para reconocer rostros).