Perspectiva de Género en la Educación Superior

Transversalización de la Perspectiva de Género en la Educación Superior: Problemas Conceptuales y Prácticos

• Se examinan tres vertientes de los estudios de género en la educación superior: investigación, formación e institucionalización de la equidad de género.
• Se analizan las condiciones, obstáculos y funciones de cada área, así como su interrelación.
• Se aborda la dificultad para institucionalizar la perspectiva de género en universidades, a pesar de sus contribuciones teóricas y metodológicas.
• Existe un desfase en el desarrollo de la transversalización de la perspectiva de género en la educación superior, tomando como ejemplo la UNAM.
• Se proponen acciones para transformar positivamente las relaciones de género en universidades, destacando su potencial transformador hacia la sociedad.
• Palabras clave: Educación superior, género, equidad.

Introducción

• Los estudios de género tienen diversas vertientes interconectadas que buscan la igualdad desde diferentes espacios sociales.
• Los gobiernos transversalizan la perspectiva de género en la administración pública mediante políticas afirmativas para corregir el rezago histórico de las mujeres.
• Las Naciones Unidas impulsan fuertes tendencias internacionales, junto con movimientos feministas, para lograr la equidad de género.
• Los países miembros de las Naciones Unidas se comprometen a implementar acuerdos de equidad de género a nivel nacional.
• El desarrollo social y el bienestar humano requieren la inclusión de toda la población, hombres y mujeres, en la construcción de sociedades sustentables e igualitarias.
• La igualdad de género es esencial no solo por justicia social, sino también para el desarrollo económico y social.
• Diversos grupos de la sociedad civil promueven la perspectiva de género en temas sociales como salud, derechos sexuales y reproductivos, violencia y discriminación.
• El ámbito académico, especialmente el feminismo académico, ha producido conocimiento científico para desentrañar la discriminación.
• La teoría feminista ha demostrado que la desigualdad entre hombres y mujeres es una construcción cultural y no una diferencia natural.
• Intelectuales y académicas han desarrollado teorías y metodologías para transformar las relaciones sociales en relaciones más igualitarias.
• Los avances en temas de género provienen de la producción académica, pero las universidades no han acogido la temática completamente.

Investigación

• Los centros y programas de estudios de la mujer y de género en universidades han legitimado el análisis de las relaciones entre mujeres y hombres.
• Académicas han deconstruido y reconstruido categorías que históricamente promovían la parcialidad en la producción y difusión del conocimiento.
• Los estudios de género en universidades fortalecen una herramienta teórica y de transformación social que comprende la experiencia humana.
• La ONU impulsó políticas de igualdad, especialmente en el ámbito educativo, legitimando y promoviendo la formalización de estudios sobre la condición social de la mujer.
• En 1980, la UNESCO recomendó la creación de espacios académicos para conocer la problemática de las mujeres en América Latina y el Caribe.
• Las académicas feministas generaron espacios académicos e institucionalizados para realizar un trabajo más sistemático sobre esta nueva perspectiva teórica.
• Los espacios de género en las universidades han sido fundamentales para generar conocimiento crítico sobre la desigualdad social entre los sexos.
• La creación de estos espacios ha sido difícil, sujeta a obstáculos institucionales que evidencian resistencias a incorporar esta visión científica.
• Los espacios dedicados a la investigación de género suelen carecer de infraestructura, presupuestos adecuados y plazas académicas en comparación con otras entidades académicas.

Formación

• Incorporar los estudios de género en los currículos favorece la institucionalización de la perspectiva de género en la educación superior.
• Esta incorporación tiene dos objetivos: influir en la preparación académica de los jóvenes y cuestionar el orden de género.
• La formación en género proporciona nuevos elementos teóricos y metodológicos para comprender la realidad social.
• Los desarrollos teóricos incorporan una nueva mirada a la discriminación, mostrando que la desigualdad responde a un sistema de relaciones sociales arraigado en el orden cultural.
• Bourdieu destaca que la naturalización de las construcciones sociales, como los géneros, oculta la arbitrariedad de la división que es la base de la representación de la realidad.
• La discusión en clase sobre temas de género cuestiona estereotipos sexistas, el papel de las mujeres en la historia y aporta elementos para deconstruir la discriminación y transmitir valores de equidad.
• La incorporación de las temáticas de género en los planes y programas de estudio del nivel superior enfrenta obstáculos institucionales.
• En México, pocas universidades y carreras contienen materias con perspectiva de género de manera formal.
• Es común que profesoras con orientación feminista incluyan temas de género en sus materias, pero su presencia depende del interés del profesorado.
• Existen debates teóricos sobre cómo incorporar estos temas, desde la transversalización en todo el programa hasta la creación de seminarios particulares.
• No ha habido una disposición institucional para que las nuevas generaciones cuenten con los elementos críticos de los estudios de género.
• Los programas de posgrado se especializan en género, mientras que la introducción de estos temas en los currículos universitarios busca que los alumnos conozcan esta perspectiva de análisis dentro de su disciplina.
• Es importante observar la diferencia que produce en la formación de los estudiantes el entendimiento sobre la complejidad de las relaciones de género y su efecto en la disciplina que están estudiando.

Institucionalización de la Equidad de Género

• La equidad de género se nutre de la investigación y la formación, que son necesarias para transmitir y producir nuevo conocimiento.
• La inclusión de la perspectiva de género en los procesos de formación sensibiliza a la comunidad universitaria sobre las desigualdades entre los sexos.
• Las investigaciones con perspectiva de género dan el sustento científico para diseñar programas y políticas a favor de la equidad de género.
• Para incorporar la perspectiva de género, es necesario que las instituciones reconozcan los obstáculos que enfrentan las mujeres (académicas, trabajadoras y estudiantes).
• Las instituciones reconocen la desigualdad acumulada históricamente, la doble jornada o los estereotipos de género, y la consecuente discriminación.
• La feminización de la matrícula estudiantil puede dar una falsa sensación de igualdad.
• Las mujeres se encuentran mayoritariamente en áreas disciplinarias relacionadas con la salud, el cuidado y la educación, mientras que los hombres predominan en ingenierías y ciencias aplicadas.
• La segregación disciplinaria limita las opciones y condiciones laborales de las mujeres.
• La presencia de mujeres en las universidades no es sinónimo de equidad de género.
• Las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad social de contar con ambientes equitativos entre mujeres y hombres, favoreciendo la igualdad de oportunidades.
• Las universidades contribuyen al desarrollo nacional a través de la formación de recursos humanos y el desarrollo científico y tecnológico.
• Las universidades deben implementar medidas para conocer las relaciones de género imperantes y corregir las desigualdades detectadas.
• Superar la desigualdad y la exclusión es una estrategia para lograr un desarrollo sustentable en las sociedades.
• Las universidades deben diseñar programas que subsanen las desigualdades históricas para equilibrar a las poblaciones que se han mantenido en desventaja.
• El Derecho prevé el principio de equidad como un mecanismo que regula las condiciones para disminuir las desigualdades sociales.
• La equidad de género se refiere a la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres, según sus necesidades respectivas, incluyendo tratamientos iguales o diferentes considerados equivalentes en términos de derechos.
• Reconocer las situaciones de inequidad requiere superar retos y resistencias.
• La incorporación de la equidad de género en las IES va más allá de la transmisión del conocimiento, llegando a la acción directa sobre las estructuras institucionales y las personas.

Caso de Estudio: UNAM

• El proceso de incorporación de materias con la perspectiva de género en la UNAM inició en la década de los setenta.
• La institucionalización de los estudios de género en la UNAM se logró en 1992 con la creación del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG).
• Estos espacios suelen contar con pocos recursos financieros, mala infraestructura y carecen de una planta de personal académico.
• El PUEG ha construido una riqueza notable en el ámbito de la investigación y difusión de los estudios de género.
• El PUEG realiza estudios cuantitativos y cualitativos que ponen de manifiesto las tendencias de segregación en las poblaciones académica, administrativa y estudiantil.
• La segregación puede estar vinculada a los nombramientos, categorías y niveles: a mayor jerarquía, menor participación de mujeres.
• Existe segregación disciplinaria entre la investigación humanística y la científica.
• La segregación por nivel educativo se manifiesta en que la participación docente de las mujeres es menor a medida que el nivel educativo del programa es mayor.
• En la población estudiantil también se advierte una fuerte segregación disciplinaria.
• Los resultados confirman que las dificultades que enfrentan las mujeres en el ámbito académico son que los parámetros bajo los cuales opera el espacio laboral continúan correspondiendo a la estructura tradicional de la división sexual del trabajo.
• El acceso de las mujeres al mundo público no las exime de su rol de ama de casa.
• Las responsabilidades domésticas tienen un gran impacto en el ámbito laboral, principalmente en las mujeres académicas.
• Existe un imaginario colectivo universitario que conserva el modelo tradicional de la feminidad, lo cual actúa como discriminación indirecta.
• El ordenamiento de género rige también los espacios académicos a pesar de la alta presencia femenina.

Transformar las Relaciones de Género Dentro de las Universidades

• Para promover una mayor equidad entre mujeres y hombres en la educación superior, se requiere fortalecer la institucionalización de los estudios de género.
• También es necesario la transversalización de la perspectiva de género en los currículos universitarios.
• Las universidades deben promover la equidad de género al interior de sus comunidades, impulsando acciones, programas y políticas diseñadas para generar cambios positivos en las relaciones de género.
• La institucionalización y la transversalización de la equidad de género atraviesa distintas dimensiones de la vida universitaria que van más allá de la investigación y la formación, para adentrarse en sus prácticas, en sus leyes y en sus estructuras.
• A continuación se mencionan algunos de los procesos que pueden ser contemplados en la construcción de universidades encaminadas a la equidad de género.
• Una de las acciones más urgentes es incorporar la perspectiva de género en los procesos de recolección, análisis de datos y divulgación de la información estadística generada por las universidades.
• Otro aspecto impostergable es la incorporación de la perspectiva de género en la legislación universitaria.
• La sensibilización en temas de género es otra de las estrategias indispensables para promover relaciones más igualitarias.
• La utilización de un lenguaje sexista y su nocivo efecto sobre la realidad de las mujeres ha sido una de las discusiones teóricas importantes.
• En la expedición de títulos y constancias, y en la asignación de nombramientos, así como en sus medios de comunicación.
• Respecto a las distintas formas de segregación por sexo, se requiere de políticas institucionales puntuales.
• Los significados culturales de lo femenino/masculino producen fenómenos como los estereotipos de género, así como diversas formas de discriminación indirecta.
• En relación a la división sexual del trabajo, una de sus consecuencias más evidentes es el enorme impacto que tienen las responsabilidades familiares.
• Otra problemática muy importante, que se ha hecho visible a través de diversas investigaciones, es el acoso y el hostigamiento sexual dentro de los ámbitos universitarios.
• La creación de medidas, programas y políticas orientadas a revertir las distintas tendencias de segregación entre mujeres y hombres.
• La promoción de la equidad de género se ubica más en el ámbito de las responsabilidades administrativas y de ejecución de políticas institucionales.
• Las condiciones de igualdad entre las mujeres y los hombres de las comunidades universitarias deben ser discutidas, diseñadas e impulsadas por una estructura universitaria de alto nivel.

Este artículo examina la transversalización de la perspectiva de género en la educación superior, analizando investigación, formación e institucionalización. A pesar de las contribuciones teóricas, la institucionalización enfrenta dificultades. Se proponen acciones para transformar las relaciones de género en las universidades.